Estafaron a una docente de Paraná con la venta de un terreno
Una docente de Paraná compró un terreno en El Espinillo con los ahorros de toda su vida, la ayuda de sus padres y de una tía. El vendedor le mostró el lugar y los papeles y un conocido escribano de Paraná la entusiasmó a firmar y pagar con la tranquilidad de que estaba todo en orden al comprar los derechos posesorios sobre la propiedad donde iba a construir su vivienda. Al final, aparecieron otros supuestos dueños y la realidad desmoronó toda ilusión. La denuncia se tramita en la Fiscalía de Paraná, con mediaciones fracasadas hasta el momento.
Eduardo Hernán Zárate es el vendedor imputado por la defraudación. Es un expolicía que se ha desempeñado como sereno en escuelas.
La docente relató en la denuncia que, en 2018, un vecino le contó que Zárate tenía terrenos para la venta. En mayo fue a ver el lote ubicado en el kilómetro 19 de la Ruta Nacional 18, pasando hacia el este el Club Tilcara y el arroyo Sauce Grande. Zárate le dijo que recibió terrenos como parte de pago de un trabajo que hizo para un hombre que se había ido a vivir a Buenos Aires, le expresó que toda la documentación se encontraba en orden y que para su tranquilidad el que se encargaba de los aspectos legales y escriturales era un conocido notario de Paraná.
Pagó al contado 250.000 pesos por dos terrenos de 15 metros por 30 a mediados de 2018 mediante una escritura de cesión de derechos y acciones posesorios por ante el escribano.
Tuvo dos reuniones previas donde, según subrayó la víctima, siempre participó activo el escribano: primero una donde revisó la documentación, y luego otra donde estaba el vendedor a quien le pagó la seña. Finalmente fue a la escribanía a firmar documentación y entregar gran parte del dinero.
Diez días después pasó por su casa Zárate a cobrarle los 50.000 pesos restantes, que, según le explicó, tenían ver con arreglos privados y personales entre él y el escribano.
Cuando creía que estaba todo en condiciones, luego de hacer la mensura correspondiente, fue al terreno para alambrar y se encontró con un hombre que dijo que era el dueño de los terrenos, le afirmó que tenía la documentación que acreditaba su propiedad y que no conocía a Zárate. Los vecinos de la zona también le dijeron que no conocían a quien le vendió los terrenos y una vecina le contó que era pariente directa de los dueños originales del terreno, que tampoco tenían nada que ver con quien se había presentado en ese momento como el propietario.